Los avances médicos sobre el cáncer se basan en el diagnóstico precoz, el tratamiento y el manejo de la psicología de la enfermedad, que han mejorado las posibilidades de expectativa y calidad de vida enormemente, aunque la curación completa sigue siendo difícil de alcanzar.
La promoción activa de las prácticas preventivas representa en la actualidad la mejor arma para combatir a la enfermedad y entre ellas comer una dieta sana, sumado a un estilo de vida activo se traduce en el mejor camino.
Entre las dietas destinadas a evitar el desarrollo de patologías como el cáncer, las dietas alcalinas destacan no solo como un método de prevención, sino también para el tratamiento de la enfermedad. Lo que debemos saber es que los alimentos que consumimos junto con el entorno en el que vivimos, determina los niveles de pH orgánicos y estos marcan el estado de acidez o alcalinidad del que va a depender la salud general, ya que las enfermedades se desarrollan por lo general en un medio acido, como es el caso del cáncer.
Por lo tanto un pH alcalino representa la base de la salud en este aspecto y dependerá de alimentos que reúnan dicha propiedad, sumado a un estilo de vida saludable, donde el estrés se encuentre controlado. Las dietas que incluyen aperitivos salados, alimentos procesados, carnes y productos lácteos, aumentan los niveles de ácido en el cuerpo, por el contrario una dieta alcalina se basa en alimentos como las verduras, frutas, ciertos tipos de proteínas y frutos secos como las almendras para neutralizar los efectos de los ácidos, promoviendo así niveles más altos de alcalinidad orgánica.
Una dieta alcalina típica consiste en verduras, frutas, legumbres, cereales integrales y frutos secos, entre las verduras alcalinas se incluyen al brócoli, berenjena, hierba de trigo, rábano, judías verdes, patatas dulces, lechuga, remolacha y zanahoria, así como las mejores frutas alcalinas son los plátanos, melones, fresas, manzanas, aguacates, cerezas, tomate, pasas, piña y durazno, sumándose a lista también a los cítricos, que son muy ácidos al gusto pero cuando ingresan en el organismo dejan un residuo alcalino después de ser metabolizados.