El curry no es una especia, sino una mezcla de varias especias muy empleada en la cocina asiática en general. La composición del curry no es fija, de hecho existen tres variedades: curry amarillo, curry verde y curry rojo.
El más habitual es el curry amarillo, que debe su color a su elevado porcentaje en cúrcuma. Por tanto las propiedades medicinales del curry amarillo incluyen la acción antiinflamatoria, la influencia en la agregación plaquetaria, licuando ligeramente la sangre y mejorando el riego cerebral, y el tratamiento de gripes y resfriados. Los beneficios de la cúrcuma son muy similares a los de otro ingrediente habitual del curry: el jengibre.
No es raro que el curry incorpore ajo en su fórmula, así protegerá contra infecciones varias por su poder antibiótico natural y ayudará a prevenir la hipertensión.
Pero atendiendo a las propiedades medicinales del curry como mezcla compuesta, cabe destacar su gran capacidad antiséptica intestinal. El curry es muy recomendable en caso de indigestiones o infecciones intestinales, siempre y cuando estas no cursen con diarrea intensa.
Además el curry estimula el apetito en casos de dispepsia. Por otro lado, el curry previene la diabetes tipo II e incluso la obesidad, al acelerar ligeramente el metabolismo.
No se quedan ahí los beneficios del curry, ya que posee propiedades antioxidantes y preventivas de determinados tipos de cáncer.
En la actualidad se estudia la posible utilidad del curry como preventivo del Alzheimer.
La canela, estimulante de la circulación en la región abdominal, es otro ingrediente del curry y el único afrodisíaco natural reconocido por la medicina occidental.
Las variedades verde, y en especial la roja, suelen ser más picantes y, en consecuencia, pueden resultar irritantes en personas no habituadas. Aún así, el curry no presenta contraindicaciones propiamente dichas.