El Ginseng americano (Panax quinquefolium L.) es un verdadero miembro de la familia del ginseng que crece de forma nativa en América del Norte, sin embargo a pesar de que se utiliza en la mayoría de los casos de la misma manera, es diferente en sus propiedades curativas a las variedades asiáticas.
La mayoría de las investigaciones sobre el ginseng se han hecho en Asia y Europa sobre las especies asiáticas, pero hay mucho por hacer aún para explicar las propiedades curativas del Ginseng Americano como el poderoso tónico que es.
Contiene saponinas similares a las encontradas en el Panax ginseng (ginseng oriental), pero es considerado como una hierba tónica Yin (fría), con propiedades nutritivas para los pulmones, la piel y el estómago.
El ginseng americano es una hierba adaptógena (reequilibradora general) de gran alcance que proporciona energía, adaptabilidad y estimula un estado de alerta elevado, incrementando la resistencia física general en un estado de salud normal y favorece la recuperación en los estados de convalecencia.
El ginseng americano es muy popular en China, siendo la variedad silvestre considerada como muy superior a la cultivada, ya que hay tres categorías principales de ginseng americano: salvajes, de bosques cultivados y cultivados.
Como hierba adaptógena los beneficios del Ginseng Americano se traducen en su capacidad para reponer las energías (Chi), promover los fluidos del cuerpo, despejar el calor (anti-inflamatorio), fortalecer las glándulas suprarrenales y reproductivas, así como mejorar el sistema inmunológico, promover el funcionamiento pulmonar y estimular el apetito.
Estas propiedades medicinales del Ginseng Americano lo hacen útil para tratar la bronquitis, problemas circulatorios, la diabetes, la infertilidad, la falta de energía y para prevenir el estrés, además de utilizarse en el tratamiento de la abstinencia a las drogas como la cocaína y para proteger al organismo contra los efectos de exposición a la radiación.