La cebada posee su máximo poder nutritivo solo cuando alcanza una altura de 20-30 cm, que se traduce en una variedad de vitaminas y minerales cuyo equilibrio hacen de ella un verdadero alimento-medicamento, por ejemplo es rica en: vitaminas B1, B2, B6 y B12 (ésta última vitamina se encuentra por lo general solo en el reino animal, pero la cebada y una alga de agua dulce conocida como espirulina, la contienen), vitaminas E y C, una gran cantidad de hierro, calcio, manganeso, magnesio, molibdeno, germanio, zinc, cobre, litio, bioflavonoides, polisacáridos y polipéptidos.
En su tallo verde se encuentran los antioxidantes y hormonas naturales, además de una gran cantidad de clorofila, que le brindan a la Cebada sus numerosas propiedades medicinales especiales como anti-inflamatorio, anti-cáncer y propiedades antivirales, por lo cual la cebada verde es la que contiene excelentes efectos terapéuticos para el cuerpo humano.
Además de ser nutritiva la Cebada es una gran depuradora de toxinas a nivel sanguíneo y estimulante natural del sistema inmune al favorecer la regeneración celular en todos sus niveles.
Es una aliada en la lucha contra la hipertensión arterial ya que favorece la circulación sanguínea, así como actúa en el metabolismo de las grasas eliminando el exceso de peso, siendo más que indicada para tratar las enfermedades crónicas, cuyos efectos al mes ya se pueden corroborar por mejorar notablemente este tipo de condiciones.
Una enzima proteica activa es la que otorga a la Cebada su gran capacidad de curación sobre distintas enfermedades, ya que revitaliza todos los niveles orgánicos, frenando el envejecimiento celular, al proteger el organismo de los radicales libres responsables del proceso degenerativo.