El té rojo o Pu Erh es originario de China y es allí dónde se ha utilizado desde hace siglos en la medicina tradicional china. Se cree que sus diferentes capacidades para aliviar y mejorar la salud residen en los microorganismos que participan en el proceso de fermentación del té.
El consumo de té rojo es capaz de hacer disminuir las cifras de colesterol y con esto reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, también previene las enfermedades circulatorias.
Debido a su contenido en principios activos estimulantes, el té rojo mantiene en alerta al sistema nervioso central.
El té rojo también mejora la secreción de jugos gástricos y el metabolismo hepático lo que se traduce en que mejoran las digestiones y también en una mayor facilidad para quemar grasas.
Para que estos cambios puedan darse es necesario consumir diariamente un mínimo de tres tazas de té rojo, no siendo útil si la cantidad está por debajo.
El té rojo también presenta algunas contraindicaciones leves, debido a su contenido en teína (estimulante del sistema nervioso central) estaría contraindicado en embarazadas o madres lactantes así como en personas que padezcan hipertensión ya que la teína también es capaz de aumentar la frecuencia cardiaca y presión sanguínea (siendo a la vez muy útil en personas con hipotensión).