De entre todas las excepcionales propiedades del té rojo, la de bajar las cifras de colesterol malo se destaca por su eficacia y esto ha sido probado científicamente por diversos ensayos clínicos.
El té rojo es capaz de disminuir las cifras del denominado colesterol malo (LDL, una lipoproteína que transporta los lípidos a la sangre) y los triglicéridos pero a su vez aumenta las cifras del colesterol bueno (HDL, una lipoproteína que transporta los lípidos al hígado y no a la sangre).
Esto es así porque el té rojo interfiere en el metabolismo (absorción, asimilación y utilización) de los lípidos, pudiendo así permitir un mejor manejo de éstos por parte de nuestro organismo e impidiendo de este modo que los lípidos se acumulen en la sangre o en las paredes de las arterias.
Para poder potenciar estos beneficios se recomienda incluir en la alimentación cambios nutricionales saludables (básicamente disminuir la ingesta de grasas), así como en el estilo de vida y consumir el té de manera constante y un mínimo de tres veces al día.
El consumo intenso de Té Rojo está contraindicado en embarazadas, madres lactantes y personas hipertensas.