La soja negra forma parte de numerosas recetas y caldos medicinales recomendados por la medicina tradicional china. Entre las propiedades nutricionales de la soja negra debe citarse su mayor contenido en lípidos y, en general, en minerales.
No obstante las propiedades de la soja negra que le crearon popularidad en la antigua China fueron las de ser un alimento reconstituyente, especialmente indicado en casos de convalecencias y anemias, y de fácil digestión.
Los lípidos de la soja, en general, contribuyen a regular los niveles de colesterol. Al estar más concentrados en la soja negra, su efectividad es superior al de los demás tipos de esta legumbre.
Se ha comprobado una mayor eficacia para tratar la obesidad y prevenir la diabetes tipo II con el consumo de soja negra frente al de otros tipos de soja. De ahí que comience a desplazar a la popular soja amarilla como alimento medicinal (la más consumida).
Aunque ningún tipo de soja en sentido estricto adelgaza, su acción se produce dificultando que el organismo acumule reservas de grasa cuando se produce una ingesta excesiva de alimentos, al estimular el trabajo del hígado.
La soja negra conserva intactas el resto de propiedades medicinales de esta leguminosa, como son su efecto protector frente a la osteoporosis o su contenido en fito estrógenos.