La compota de manzanas es muy fácil de preparar y conserva un alto contenido de flavonoides o antioxidantes naturales capaces de reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas.
Según los investigadores del Instituto Linus Pauling se han descubierto que la fructosa de la manzana aumenta la producción de ácido úrico, lo cual se traduce en un incremento de la actividad antioxidante.
Las manzanas como fruta aportan alrededor del 22 por ciento de los flavonoides que se consume en una dieta promedio, sin embargo para incrementarlos de forma adicional y natural, agregar dos porciones de su compota elaborada con una parte de vino tinto, representa una de las fuentes antioxidantes más beneficiosas para la salud en distintos niveles.
Las manzanas son una excelente fuentes de vitamina C, considerada la vitamina de las defensas orgánicas, ya que las eleva considerablemente, y de acuerdo con la Escuela Médica de Harvard, una manzana de tamaño mediano proporciona alrededor del 11 por ciento de la recomendación diaria para esta vitamina, que es capaz de reducir el daño provocado por los radicales libres, así como también disminuir la atrofia y disfunción causada por el envejecimiento.
La compota de manzanas provee de fibra insoluble al organismo, ya que se elabora con la piel de la fruta y esta favorece la digestión a través de la movilidad intestinal y el incremento del volumen de las deposiciones. De acuerdo con los datos proporcionados por la Universidad de Nevada los hombres entre las edades de 19 a 50 años, requieren alrededor de 38 gramos de fibra al día y las mujeres alrededor de 25 gramos diarios, para una correcta funcionalidad digestiva.
La compota de manzana puede representar uno de los postres más indicados para todas las edades, particularmente cuando se adereza con miel y canela, dos ingredientes que potencian aún mas todos sus beneficios saludables de la manzana.