Muchas propiedades nutricionales del alga nori son comunes a otras algas comestibles: destacándose un mayor aporte de minerales y de determinadas vitaminas.
Es una buena fuente de yodo que previene el hipotiroidismo y activa la catálisis de las grasas, reforzando las dietas para personas con sobrepeso, mientras debe consumirse con moderación en caso de hipertiroidismo.
El aporte de potasio del alga nori es elevado, otra característica común a casi todas las algas comestibles, por lo que mantiene la tensión arterial en niveles óptimos o incluso bajos.
Este alimento resulta también una fuente de hierro, antianémico, y de magnesio, ideal para combatir astenias y mejorar la salud de la piel. Siguiendo con los beneficios del consumo de algas en la alimentación, su aporte en vitaminas del grupo B es esencial para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y para prevenir anemias.
Lo que diferencia nutricionalmente hablando al alga nori de otras especies es su exagerado contenido en betacaroteno. El betacaroteno es el precursor de la vitamina A, por lo que previene problemas visuales y de sequedad cutánea, pero también es la molécula que ayuda a conseguir un bronceado más rápido y, a la vez, disminuye el efecto nocivo de los rayos del sol sobre la piel. No obstante, no permite prescindir de los filtros solares.
El alga nori es un alimento remineralizante y de fácil digestión, muy adecuado para deportistas y personas convalecientes.