El uso más común hasta hace poco del hipérico era el relacionado con sus propiedades cicatrizantes y regenerantes, resultando el aceite de hipérico un excelente remedio para problemas de piel en general y quemaduras más en particular (tanto las provocadas por el sol como por una fuente de calor intenso).
Tras la aparición de los antidepresivos IRSS, inhibidores de la recaptación de la serotonina, mucho se ha escuchado sobre las propiedades del hipérico para realizar los mismos tratamientos. Esto no es del todo erróneo, pues el hipérico tiene también una ligera acción sobre la recaptación de la serotonina y, por tanto, presenta propiedades antidepresivas y ansiolíticas. No obstante no es efectivo en casos severos y, al igual que los fármacos, presenta incompatibilidades con otras medicinas y alimentos. De especial relevancia es evitar la toma de hipérico junto con zumo de pomelo, anticonceptivos orales u otros fármacos IRSS.
La toma de hipérico produce, como los IRSS, fotosensibilidad de intensidad leve a moderada, lo que obliga a incrementar las precauciones ante exposiciones solares y hace desaconsejable tratamientos estéticos de fotodepilación o láser.
A su favor debe decirse que las propiedades del hipérico como sustituto de la terapia IRSS no han demostrado el incremento en la tasa de suicidios de los pacientes tratados ni la predisposición a sufrir hemorragias gastrointestinales o uterinas.
El hipérico mejora la calidad del sueño, normalizando a su vez los ciclos del mismo e incluso se muestra efectivo para combatir migrañas, sean o no de naturaleza tensional.
EL Hipérco se emplea en forma de infusiones, tinturas o extracción de los principios activos en aceite.