Los tamarindos son muy ácidos al paladar y por ello forman parte de muchas salsas autóctonas, mermeladas, dulces y también se lo utiliza para la elaboración de refrescos especialmente en México. Pero además de estos usos culinarios y nutricionales, la antigua medicina indígena obtenía de ellos efectos positivos para tratar distintas dolencias, como por ejemplo el estreñimiento (origen de diversas patologías), ya que la fruta posee propiedades laxantes naturales muy suaves, ideales para no irritar la flora intestinal como lo hacen los laxantes químicos.
Para tal efecto con solo comer entre 10 y 50 g al día, aliviará la condición intestinal, favoreciendo la digestión y el bienestar general. Las medicinas naturales recomiendan no mezclar los tamarindos con medicamentos laxantes u otros alimentos o hierbas.
Otra de las propiedades destacables de los tamarindos es su capacidad para bajar naturalmente el colesterol en sangre, ya que según un estudio publicado en "Pakistán Journal of Pharmaceutical Sciences", demostró que una dieta rica en tamarindo ayuda a reducir los niveles totales de colesterol y además regular los niveles de presión arterial, evitando llegar a la hipertensión.
La famosa medicina hindú “Ayurveda o Ciencia de la Vida”, utiliza el tamarindo para aliviar los malestares estomacales, reducir los gases y aumentar el apetito, ya que la pulpa de tamarindo es muy rica en tiamina, una vitamina necesaria para el buen funcionamiento del sistema nervioso, los músculos y el sistema digestivo.
La pulpa de tamarindo es una gran fuente de potasio, mineral necesario para la salud del corazón y la función del músculo liso, pero también los tamarindos son una rica fuente vegetal de hierro, mineral que ayuda en el transporte de oxígeno sanguíneo, que va a irrigar todas las células del cuerpo.