Los frutos de la planta, las fresas, tanto naturales como silvestres, aportan más vitamina C que muchos cítricos. Por este motivo, favorecen la asimilación del hierro y se recomiendan en casos de anemias ferropénicas, así como en procesos infecciosos, ya que mejora las defensas.
Los beneficios de las fresas más conocidos son los relacionados con su poder desintoxicante. Las fresas ejercen una suave acción diurética y son levemente laxantes. Su capacidad de ayudar al organismo en la eliminación de residuos hace de las fresas un alimento indicado en casos de celulitis e incluso de problemas de ácido úrico y gota.
Las fresas poseen propiedades antioxidantes y, en consecuencia, antienvejecimiento y preventivas frente a ciertas enfermedades degenerativas.
Las propiedades medicinales de las fresas no se limitan a sus frutos. Las raíces, y especialmente las hojas, son fuente de multitud de sustancias antiinflamatorias naturales, de ahí su efecto antirreumático. Además las hojas son extraordinariamente ricas en taninos, por lo que sirven para cortar procesos diarreicos no bacterianos.
Los beneficios de las fresas se pueden aprovechar también de manera local. Sus propiedades antibacterianas le confieren a la fresa un lugar destacado en los remedios naturales para tratar el acné, mientras sus vitaminas ayudan a preservar la salud y el buen aspecto de la piel en general.
Existen personas alérgicas a las fresas, a quienes está completamente contraindicado su consumo. En los demás casos los frutos carecen de toxicidad alguna, y las hojas y raíces, usadas en su justa medida, tampoco son tóxicas.