Algunas de las propiedades medicinales de la seta maitake son conocidas desde muy antiguo. Formaba parte de la alimentación de los monjes guerreros chinos en torno al siglo XV por su capacidad para aumentar la energía vital. En realidad lo que sucede es que el hongo maitake es un adaptógeno, esto es, ayuda al organismo a sobrellevar épocas de mucho desgaste físico y/o mental.
Pero las propiedades medicinales del maitake más sorprendentes están relacionadas con enfermedades como el VIH, el cáncer o la fatiga crónica. El consumo habitual de este hongo estimula el sistema inmunológico, al potenciar la acción de los macrófagos, los linfocitos T y las células NK. Por ello, puede resultar de ayuda como coadyuvante en enfermos de VIH, nunca como sustituto a su medicación. Pero además las moléculas del sistema inmune sobre las cuales ejerce su acción el maitake están relacionadas con la inmunidad frente a ciertos tipos de tumores, aquellos que el organismo es capaz de detectar (son los menos).
Los beneficios del maitake en personas aquejadas de fatiga crónica parecen deberse más bien a su acción adaptógena que a la inmunoestimulante, aunque al desconocerse el mecanismo de la enfermedad resultaría arriesgado descartar la segunda razón a día de hoy.
La seta maitake posee también propiedades antiinflamatorias, que unidas a su acción antivírica explican su uso en recetas de medicina tradicional china contra la gripe. Además el maitake mejora la circulación sanguínea por su ligero efecto anticoagulante y rebaja con suavidad la presión arterial, algo curioso en un adaptógeno.
Por si todo esto fuera poco, el hongo maitake ayuda a mantener constantes los niveles de glucosa en sangre y a rebajar los niveles de colesterol, por ello resulta interesante en personas con diabetes de tipo II y con hipercolesterolemia, respectivamente.
No conviene consumir maitake de manera continuada más allá de unos meses, sin establecer periodos de descanso. Durante estos periodos, el maitake puede ser sustituido en muchos casos por el hongo shiitake, de propiedades medicinales semejantes, aunque no iguales, pero que permite tratamientos prolongados.