Los alimentos lácteos son imprescindibles en una dieta equilibrada, pero hay estados en los que no se recomienda su consumo, estos estados suelen corresponder a diversas patologías, de hecho, los lácteos son los alimentos menos recomendados cuando se está sufriendo un proceso gripal o de catarro.
Durante los procesos gripales o catarrales el cuerpo se ve obligado a eliminar toxinas y esto se traduce en síntomas, siendo uno de los más molestos, la mucosidad, ya sea cuando causa taponamiento nasal o bien flema en las vías respiratorias.
Así como cuando existe un dolor de garganta aislado es muy recomendable tomar leche tibia, cuando se trata de un cuadro de gripe o resfriado, cualquier producto lácteo tiene un efecto nocivo, y es el de producir aún más mucosidad, anulando así otras medidas que se estén tomando para mejorar la enfermedad, incluso disminuye la eficacia de los fármacos.
Durante una patología así deben restringirse todos los lácteos, leche, yogures, batidos, quesos… y todo alimento que contenga leche.
En patologías crónicas tales como la intolerancia a la lactosa o a las proteínas de la leche de vaca es imprescindible buscar una alternativa a los productos lácteos y que igualmente suponga una fuente de proteínas, tales como los productos que contienen soja o a base de ciertos frutos como la leche de coco o la leche de almendras.