Los medicamentos antiinflamatorios sintéticos, aunque necesarios en ocasiones, presentan muchos efectos adversos que cobran tanta más importancia cuanto más prolongado sea su uso. Y existen enfermedades crónicas que cursan con inflamación, de ahí que en estos casos sea preferible el uso de alimentos antiinflamatorios y dejar los preparados sintéticos para los casos de urgencia.
De manera general, existen alimentos y especias con principios activos antiinflamatorios tan eficaces en tratamientos prolongados como los preparados comerciales. Entre ellos, los más habituales y seguros son el jengibre, empleado en medicina tradicional china, y su “pariente” la cúrcuma, habitual en la medicina ayurvédica.
Ambos ofrecen muy buenos resultados en procesos inflamatorios de tipo articular o reumático y, a la vez, cuidan el estómago (pero no deben tomarse si se sufre de úlcera sangrante).
Cúrcuma y jengibre actúan de manera inmediata, al cabo de unos minutos de su ingesta, y su efecto se prolonga durante varias horas o incluso un día. No obstante, existe riesgo de intoxicación con dosis muy elevadas (es difícil alcanzarlas con la alimentación, aunque no tanto si se ingieren en forma de comprimidos)
En el mar se encuentran sin embargo los antiinflamatorios más potentes, en concreto en el krill y, de manera aún más notable, en el mejillón de labio verde. Este último es el alimento antiinflamatorio más potente conocido y ambos se pueden emplear de igual manera en tratamientos prolongados. Actúan por acumulación, es decir, hasta que no se llevan unas semanas de tratamiento no se puede apreciar su efecto.
De acción antiinflamatoria más suave pero continuada son los alimentos ricos en el ácido graso omega 3 EPA, el cual está principalmente en el pescado azul. Basta con consumir este alimento tres veces por semana para notar sus efectos.
Por su contenido en ácidos grasos esenciales también ofrecen buenos resultados los aceites de onagra y de borraja, siendo preferible el primero si se va a ingerir durante largo tiempo.
Cuando la inflamación está relacionada con la retención de líquidos o los problemas de celulitis, los alimentos más indicados son la piña y algunas plantas medicinales como el saúco. Las flores de saúco presentan propiedades antiinflamatorias también mediante su aplicación por vía tópica. Y continuando con el uso local de antiinflamatorios naturales, no se puede olvidar el árnica, rubefaciente especialmente indicado para tratar contusiones y torceduras.
Debe tenerse en cuenta que el tratamiento crónico con la mayoría de los alimentos aquí descritos requiere consultar al médico cuando el enfermo esté tomando anticoagulantes. De todas formas, la incompatibilidad suele ser mucho menor que con los antiinflamatorios sintéticos, si bien en ambos casos pudiera ser necesario un reajuste de la dosis.
Tampoco se aconseja realizar tratamientos crónicos sin supervisión en casos de hemorragias internas o de estar en los últimos meses de embarazo.