La planta de Trigo es originaria del sur-oeste de Asia, que en el mundo ocupa el segundo lugar después del maíz en explotación agrícola, como dato anecdótico en la antigüedad los granos de trigo se comían crudos, posteriormente se frieron o cocieron en agua para darle forma de tortas y así pasar a convertirse en uno de los alimentos principales de la cultura occidental.
El trigo es muy rico en sales minerales, elementos catalíticos, calcio, magnesio, sodio, potasio, cloro, azufre, silicio, zinc, manganeso, cobalto, cobre, yodo, arsénico, vitaminas A, B, E, K, D, PP y fermentos, por ello representa una de las bases de la nutrición humana, pero además ofrece gran cantidad de propiedades saludables o terapéuticas.
El trigo como planta medicinal se utiliza para tratar los estados de desmineralización, anemia, astenia, deficiencia de crecimiento, raquitismo, tuberculosis, además de recomendarse para el tratamiento de la esterilidad, durante el embarazo y mientras perdure el periodo de lactancia materna.
Los germinados de trigo contienen 2 o 3 veces más vitamina B que el trigo común, por ello las semillas germinadas se utilizan para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales, cardiovasculares, enfermedades de la piel, hepáticas y afecciones respiratorias.
Una de las propiedades saludables del trigo destaca como coadyuvante en el tratamiento enfermedades graves que conllevan a la desmineralización, recomendándose una dosis diaria de 3-6 cucharadas para adultos y de 1 a 3 para los niños, administrándose antes de las comidas, así como para los bebés las semillas de trigo en polvo son administradas incorporándolas a su botella de leche o mezclándolas con otros cereales, miel, jugos de frutas o alimentos.
El trigo posee la capacidad de luchar contra el colesterol, ya que contiene ácidos grasos esenciales que impiden la acumulación del mismo en las paredes de los vasos sanguíneos, al incrementar el colesterol bueno o HDL y por consiguiente reducir el colesterol malo o LDL.