El limón es el fruto del limonero, un árbol que, pese a ser originario de la India, se ha diseminado por casi todo el mundo. Además de su aroma, su sabor ácido y refrescante, el Limón se caracteriza por sus aplicaciones medicinales para tratar naturalmente una amplia variedad de dolencias.
Uno de los beneficios del limón más reconocido está relacionado con su elevado contenido en vitamina C, siendo una de las frutas antiescorbúticas por excelencia. Además de mejorar las defensas por su aporte en ácido ascórbico ( vitamina C ), el limón es un buen desinfectante que sirve tanto para tratar pequeñas heridas si no se tiene un antiséptico convencional a mano, como problemas de boca y de garganta, desde infecciones hasta llagas.
El limón ayuda a conciliar el sueño si se consume por las noches, mientras que a primeras horas de la mañana su zumo permite aprovechar al máximo los beneficios del limón como depurativo del organismo: ayuda a desintoxicar el hígado, previene y trata los ataques de gota y mejora los problemas de artritis y de reuma.
Pese a su mala fama debida a su acidez, el limón es beneficioso en el tratamiento de problemas gástricos leves, y a nivel intestinal su elevado poder astringente lo hacen un alimento muy recomendado en caso de diarrea.
Además el limón es rico en potasio y, en consecuencia, diurético. Esta propiedad refuerza su poder como depurativo del organismo y a la vez ayuda a acidificar la orina, siendo su consumo muy recomendable en caso de infecciones de las vías urinarias (recuérdese que además incrementa las defensas).
Aquellas personas para quienes el jugo de limón puro resulte demasiado fuerte pueden consumirlo rebajado con un poco de agua, salvo en el caso de tratamientos locales la dilución en agua no afecta a las propiedades medicinales del limón.