A continuación se explican los beneficios del girasol sin incluir la parte comestible de las semillas, cuyas propiedades curativas están detalladas en este enlace, porque las características medicinales del girasol dependerán de la parte de la planta empleada.
Tanto la flor del girasol como sus tallos poseen propiedades antipiréticas que, unidas a las propiedades expectorantes del tallo del girasol, convierten su tintura en un remedio natural contra todo tipo de gripes y resfríos. También se aprecian los beneficios del girasol en el tratamiento de las molestias asociadas a la pleuritis.
El girasol es además un diurético, cuyo consumo ayuda en el tratamiento de infecciones urinarias o puede facilitar la expulsión de arenillas del riñón, si bien no posee propiedades antibióticas.
La cáscara de las semillas, un subproducto, contienen principios activos de acción sedante y eficaz en el tratamiento de las migrañas. Junto con las pipas de girasol y torrefactadas, constituye un sustituto del café libre de excitantes.
Las cáscaras de las pipas de girasol se consumen en forma de infusión para evitar la afectación del apéndice, mientras los tallos y pétalos pueden tomarse como un té, como un vino medicinal o en forma de tintura.
Utilizado de manera tópica, el girasol permite elaborar cataplasmas y ungüentos de acción analgésica y antiinflamatoria, indicados especialmente en el tratamiento de dolores de tipo reumático. También se pueden aprovechar los beneficios del girasol como antiséptico en el tratamiento local de pequeñas llagas y heridas.