En la actualidad los centros internacionales de salud recomiendan el consumo diario de ácidos grasos poliinsaturados del tipo omega-3, como una medida preventiva para la salud cardiaca y cerebral ya que prevendrían ataques cardiacos o accidentes cerebro-vasculares.
Las fuentes naturales de este tipo de ácidos grasos saludables son principalmente el pescado de agua fría o pescados grasos, las nueces, el maní, las almendras, las semillas de lino y las de Chía.
Uno de los grandes beneficios saludables que ofrecen los ácidos grasos poliinsaturados es la capacidad de reducir los niveles de triglicéridos en sangre, los cuales pueden generar en exceso distintas patologías vasculares. La Asociación Americana del Corazón recomienda a las personas con niveles altos de triglicéridos, sustituir las grasas saturadas de la dieta por grasas poliinsaturadas, debido a que éstas se encargan de limpiar los excesos de grasas saturadas, colesterol y triglicéridos, de forma natural.
Según un estudio publicado en la revista "Aterosclerosis", el aceite de pescado (muy rico en omega 3) puede mejorar los niveles de colesterol bueno o HDL y disminuir los triglicéridos. Así como otro estudio publicado en el "American Journal of Clinical Nutrition", demostró que el consumo de alrededor de 4 g de aceite de pescado diario reduce los triglicéridos en un 30 por ciento aproximadamente.
Los ácidos grasos poliinsaturados también ayudan a disminuir la presión arterial, según varios estudios que han demostrado este beneficio, algunos publicados en la revista "Hipertensión", donde se evaluaron las dietas de varias personas y se descubrió que en donde abundaba el consumo de aceites de pescado y otras fuentes naturales de ácidos grasos poliinsaturados, las personas presentaban una menor presión arterial.
Otra de las ventajas saludables de las grasas poliinsaturadas es la posibilidad de mejorar los síntomas depresivos, tan característicos de la época que nos toca vivir, además también pueden beneficiar la salud actuando sobre el trastorno de hiperactividad y déficit de atención, ya que el cerebro las necesita para llevar a cabo sus funciones correctamente.