Entre las múltiple propiedades medicinales del romero cabe destacar su actividad colerética y colagogas (estimulante de las secreciones biliares), facilitando por tanto los procesos digestivos.
Son muy conocidos los beneficios del romero como antiinflamatorio tanto en uso oral como local, estando indicado para aliviar dolores reumáticos, musculares o incluso relacionados con traumatismos.
Posee una actividad tónica del organismo en general, siendo recomendable en casos de fatiga y/o debilidad mental, ejerciendo a la vez un suave efecto activador de la circulación y un ligero incremento de la presión sanguínea.
Por sus efectos sobre el aparato circulatorio y su acción antiinflamatoria, el romero se emplea en la dismenorrea (menstruaciones difíciles y escasas).
El uso en la cocina de esta planta no sólo obedece a sus virtudes aromáticas. El romero tiene propiedades digestivas diversas, siendo carminativo y antiespasmódico, a la vez que alivia meteorismos y aerofagias.
Suele emplearse con otras plantas para aliviar síntomas catarrales o gripales por sus propiedades antibacterianas. También se usa para aliviar dolores de cabeza.
Las propiedades bactericidas y fungicidas del romero le convierten en una planta muy empleada en diversas patologías de la piel, como puede ser la caspa. Además, por uso tópico, ayuda a frenar algunos tipos de alopecia.
Otra de las propiedades del romero es su moderada acción diurética, con la particularidad de compensar el posible descenso de tensión que pudiera ocasionar por su acción sobre el aparato circulatorio.
Se pueden aprovechar los beneficios de la planta de romero en forma de infusión, decocción, aceite esencial, pomadas o vahos.