El mejillón proporciona proteína de calidad y de muy fácil digestión, lo que lo hace adecuado para personas convalecientes. Su aporte en vitaminas del grupo B y en minerales es elevado, siendo un producto nutritivo e hipocalórico a la vez.
Las propiedades medicinales del mejillón están relacionadas con sus propiedades nutricionales. Su elevado aporte en hierro lo hacen muy adecuado para personas con anemia ferropénica. Además el hierro de los mejillones es muy bien asimilado en el intestino, al contrario de lo que sucede con algunas verduras.
El contenido en vitaminas del grupo B y en minerales como el yodo y el magnesio le permiten combatir estados de fatiga, siendo además un alimento interesante para niños y deportistas. El yodo, por otro lado, previene el hipotiroidismo.
Otro de los beneficios del mejillón es el de ser un alimento cardiosaludable. Su elevado contenido en potasio ayuda a controlar la hipertensión y la retención de líquidos, mientras la mayoría de sus escasas grasas son del tipo omega 3, que ayudan a controlar los niveles de colesterol en sangre. De hecho, los mejillones apenas aportan colesterol, pese a ser un marisco.
Hace unos años se descubrieron otras propiedades medicinales del mejillón muy interesantes, debidas a su elevado contenido en glucosaminas. Las glucosaminas son el antiinflamatorio natural más potente, resultando de especial utilidad en los procesos articulares como el reuma, la artritis y la artrosis. La glucosamina actúa por acumulación, y pese a tener la fama el mejillón de Nueva Zelanda o mejillón de labio verde, todos los tipos de mejillón contienen esta sustancia en abundancia. La glucosamina empleada como medicina convencional se obtiene del marisco.
Como ventaja adicional, los mejillones conservan prácticamente inalterables sus beneficios cuando se consumen en forma de conserva. Esto resulta muy interesante, al tratarse de una especie de temporada, que no debe ser mariscada durante todo el año.
Es importante señalar que sólo deben consumirse mejillones que hayan crecido en aguas controladas, para evitar el riesgo de contaminaciones peligrosas.