El ácido hialurónico se encuentra principalmente en el tejido conectivo y juega un rol fundamental en la hidratación, reparación y regeneración de los tejidos, así por ejemplo si sus niveles disminuyen, como sucede con la edad, se comienza a experimentar degeneración de la piel, los ojos y las articulaciones. En este último caso el ácido hialurónico mantiene la salud articular ayudando a disminuir los síntomas de la osteoartritis, porque se encarga de mantener las articulaciones lubricadas correctamente y fortaleciéndolas.
El ácido hialurónico cumple una función muy saludable a nivel ocular encargándose de la correcta lubricación del ojo que ayuda a la visión nocturna y disminuye la sequedad, condiciones que mejoran la salud general de los ojos. El ácido hialurónico también ayuda a la piel jugando un papel importante en la cicatrización de heridas, porque estimula la regeneración dérmica, siendo esencial para el tratamiento de los efectos degenerativos naturales del tejido, por ello cumple una función anti-Aging, tan preciada en el mundo de la estética.
El ácido hialurónico en estética es aplicado en forma tópica y puro o sea inyectable, sin embargo ciertos alimentos tienen la capacidad de estimular su producción orgánica natural, como es el caso de los que son ricos en antioxidantes y entre los más eficaces se encuentran las frutas como, albaricoques, kiwis, mango, limón, uvas, arándanos, granada, caquis.
Las verduras más ricas en antioxidantes son las de color verde oscuro y la gama de los amarillos a rojo, así por ejemplo son excelentes para la producción natural de ácido hialurónico, la zanahoria, los morrones, el coliflor, la espinaca, el perejil y la calabaza. Otro factor importante como poderoso antioxidante natural es el té verde, cuyas propiedades superan a casi la mayoría de los alimentos, además de representar un preventivo de enfermedades tan graves como el cáncer.