De manera natural, las semillas son una gran fuente de nutrientes, y es por ello que los beneficios del aceite de germen de trigo para la salud son tan excelentes como versátiles.
Consumido por vía oral, el aceite de germen de trigo constituye una de las mejores fuentes de vitamina E y de fósforo.
La vitamina E, antioxidante natural, posee propiedades antienvejecimiento y su carencia durante periodos de tiempo prolongados puede provocar infertilidad de manera irreversible.
El fósforo a su vez resulta imprescindible para el funcionamiento de las células nerviosas y es uno de los nutrientes recomendados para potenciar la memoria.
Los beneficios del aceite de germen de trigo sobre el corazón se deben a su elevado contenido en ácidos grasos esenciales insaturados, que controlan los niveles de colesterol y de triglicéridos.
El consumo de aceite de germen de trigo está muy indicado en el caso de deportistas o de personas sometidas a un gran desgaste, pues ayuda al organismo a recuperarse. Incluso favorece el aumento de peso cuando se combina con el ejercicio adecuado para ello.
Empleado de manera local, el aceite de germen de trigo es un reparador de la piel y el cabello resecos o dañados, una sustancia nutritiva que puede emplearse pura o mezclada con otros productos, pues con una pequeña cantidad ya se aprecian sus propiedades.
Consumido de manera razonable, no existe riesgo alguno de intoxicación por aceite de germen de trigo. En cantidades masivas, si bien no resulta tóxico, el aceite de germen de trigo podría producir un exceso de vitamina E, liposoluble, en el organismo.