Las coenzimas son componentes naturales y su papel es fundamental para el metabolismo energético que tienen todas nuestras células de organismo, por ende la coenzima Q10 ayuda a nuestro cuerpo a conseguir energía
Sin embargo con la edad la cantidad de coenzima Q10 que hay en nuestro cuerpo disminuye y esto ocasiona una reducción del suministro energético necesario para nuestras células. Con esta energía lo que hacemos es proteger y reparar las células, y, sobre todo se utiliza para la división y regeneración celular.
Es por todo esto que, cuando la coenzima Q10 disminuye sus concentraciones al ir envejeciendo, el metabolismo celular de la piel se va haciendo cada vez más lento y con esto, las consecuencias más visibles es una pérdida de la elasticidad de nuestra piel y ese aspecto “cansado” que se instaura en nuestras facciones. El tejido que forma la dermis pierde firmeza y las primeras arrugas empiezan a marcarse en nuestra cara.
Hay otros factores que ayudan al empeoramiento de nuestro aspecto. El estrés, o los factores medioambientales (sobretodo los rayos ultravioleta que nos llegan en exceso cuando tomamos el sol. Es por esto que es preciso que si queremos conservar nuestra piel como en sus mejores tiempos le ofrezcamos una ayuda para regenerar el metabolismo energético y permitir a las células que vuelvan a generar la energía que les hace falta.
Muchos estudios han demostrados que con una aplicación tópica de cremas con coenzima Q10 se elevan los niveles de esta substancia en la piel y sus efectos no se hacen esperar.