En algunos aminoácidos, el selenio sustituye a los átomos de azufre. El resultado son unas enzimas indispensables para el metabolismo y para la vida, que necesariamente contienen selenio.
Entre los beneficios del selenio, consumido en las proporciones adecuadas, se debe citar su acción antioxidante asociado a la vitamina E. El selenio ayuda a las células a defenderse del medio y alivia el estrés oxidativo, además de ralentizar muchas de las enfermedades degenerativas. Además el selenio es indispensable para la salud y el vigor del cabello.
Otra de las propiedades del selenio es su capacidad para estimular el sistema inmune, en especial aquellos procesos relacionados con la lucha contra las infecciones (no influye tanto en las procesos alérgicos). Se ha demostrado que el consumo de cantidades adecuadas de selenio posee una acción preventiva frente a algunos tipos de cáncer.
Una de las propiedades medicinales más interesantes del selenio es su capacidad para ayudar al organismo a eliminar cadmio y mercurio, metales pesados, en principio acumulativos, y relacionados con mutaciones, tumoraciones y la enfermedad de Alzheimer.
Las dietas pobres en selenio suelen relacionarse con una mayor incidencia de algunas patologías del corazón y con estados depresivos.
Hay que destacar que una ingesta excesiva de selenio puede producir intoxicación (seleniosis), aunque la probabilidad de que esto suceda por la ingesta de solo alimentos ricos en este oligoelemento es casi nula.