No es necesario que para tener várices o piernas cansadas las piernas tengan que tener una mala forma. Puede suceder que se tengan unas piernas de fantástico aspecto: largas, de tobillo delgado, o fuertes y musculadas, pero aún así puede ser que todavía sintamos un hormigueo desagradable o unas piernas cansadas. ¿Qué nos intenta decir esto? Es el inicio de las primeras arañitas vasculares que pueden convertirse, con el paso del tiempo, en las temidas várices.
Cuando hablamos de várices, estamos hablando de pequeñas dilataciones en las venas de las extremidades inferiores, que aparecen con mayor frecuencia en las mujeres de mediana edad a avanzada. Como factores de riesgo actúan el sobrepeso, la poca fibra en la dieta, el embarazo, el sedentarismo y el tipo de trabajo que se lleve a cabo. Cuando llega el calor (primavera o verano) esta dolencia empeora, ya que tomar el sol no beneficia en nada a las piernas. Esto no es ya solo por lo que el calor produce en las piernas sino por que la piel se deshidrata y esto acentúa la situación de tirantez.
Antes que nada, para poder descubrir que padeces de esta enfermedad, procura atender a la aparición de síntomas típicos como pueda ser la hinchazón de las venas de las piernas, la pesadez (sobretodo en la altura de las rodillas) o la sensación de rampas o calambres. Estos pueden ser unos avisos importantes acerca de cambios negativos. Si las venas de tus piernas aumentan de tamaño, se hacen más prominentes o simplemente las sientes más, significa que muy probablemente estés sufriendo várices. Si padeces de várices lo primero que debes hacer es tratar de moderar tu dieta, evitar la obesidad y el sedentarismo, ya que estos son factores de riesgo de las várices.
El Castaño de indias se trata de una planta medicinal originaria de las islas griegas. Se utiliza principalmente la corteza del árbol, infusionada, a modo de bebida que resulta un remedio natural en el ámbito de las enfermedades circulatorias. El Castaño de indias ha resultado un descubrimiento de múltiples propiedades en el tratamiento de las várices. Su método de actuación se cimienta básicamente en que disminuye los edemas ya que aumenta las resistencias periféricas mediante el aumento de la resistencia capilar. Por esto resulta antiinflamatorio y además vasoconstrictor.
¿Cuándo podemos tomar castaño de indias? Se recomienda en casos de capilares frágiles, de piernas cansadas o várices, incluso de úlceras producidas por problemas circulatorios. También puede utilizarse en otro tipo de problemas como las hemorroides. Se puede utilizar también para solucionar los molestos calambres musculares nocturnos (rampas).