El carbón vegetal activo, obtenido principalmente a través de la cáscara de coco una vez carbonizado, atraviesa una especial preparación para que su porosidad sea mayor, y, así, su nivel de absorción. El carbón vegetal activo se queda en el tubo digestivo, sin que esto genere ningún efecto secundario. Allí dispuesto, el carbón vegetal activo absorberá, o fijará a él, todo aquello que resulte nocivo o eliminable para nuestro organismo.
El carbón vegetal resulta ser uno de los absorbentes naturales más poderosos. Este compuesto tiene la capacidad de absorber diversos productos de desecho como las bacterias, las toxinas y los gases.
Esto se debe a dos procesos diferentes. Primero por la propia absorción de los gases intestinales o flatulencias, y, segundo, por la fijación de aquellas bacterias que se dedican a la producción de los gases intestinales.
Muchos de los problemas del tubo digestivo se deben en general a un exceso de frituras, de azúcar o alcohol que echan por el suelo nuestra higiene alimentaria. Con el carbón vegetal activo se termina con los problemas:ya que elimina los gases intestinales, calambres, ardores, las hinchazones y los eructos o halitosis.
La halitosis desaparece al reducir la fermentación intestinal elevada con la eliminación de las bacterias fermentadoras y también el Carbón vegetal se deshace de las diarreas, suponiendo una verdadera cura intestinal.
Como ya hemos comentado, no tienen una acción directa a nivel orgánico de manera que no produce ninguna complicación posterior por su utilización.