Los beneficios del apio para el corazón y sobre el sistema circulatorio en general se deben a varios factores. Por un lado, el apio es un alimento muy rico en potasio, el cual además de favorecer la producción de orina, baja la tensión arterial, previene la arterioesclerosis y con ella disminuye el riesgo de accidentes o enfermedades cardiovasculares.
En el apio se encuentra una sustancia denominada apigenina, la cual reduce la tensión arterial y los niveles de colesterol en sangre. Tal es la eficacia de la apigenina que la ingesta regular de apio, sin hacer modificaciones en la dieta, consigue reducir en torno a un 10% la presión arterial y más de un 5% los niveles de colesterol. Y todo ello aprovechando a su vez los beneficios del apio como alimento depurativo.
Para finalizar, el apio es un vegetal bastante rico en magnesio. El magnesio es un mineral cada vez menos frecuente en la alimentación por el crecimiento acelerado que se impone en los cultivos y en la crianza de animales, por ello no es extraño llegar a sufrir una carencia de magnesio.
Entre otras funciones, el magnesio resulta indispensable para el funcionamiento de los músculos y uno de los síntomas de su carencia es el nerviosismo generalizado.
Se ha demostrado que una dieta que aporte la cantidad adecuada de magnesio es capaz de enfermedades cardiovasculares al mitigar de manera natural los casos leves tanto de arritmias como de taquicardias e, incluso, de prevenir la angina de pecho.