El té contiene oxalatos y estos pueden inducir a la formación de cristales en los riñones que con el tiempo se transformarán en cálculos o piedras, como se los llama popularmente. Por lo general los riñones son capaces de eliminar el oxalato cuando filtran la sangre a través de la orina como un producto de desecho, pero cuando se consume demasiado oxalato y este se combina con el calcio, mineral mas abundante en el organismo, forman oxalato de calcio, el material de construcción para los cálculos en el riñón.
Una taza de 3.5 oz de té negro contiene más de 10 mg de oxalato, por ello es considerado como una bebida que debe restringirse cuando se padece la condición o cuando exista tendencia a la formación de cálculos en el riñón, por distintas razones, como las genéticas.
Sin embargo otros tés, como el té de grosella negra, té de rosa mosqueta y la yerba mate, contienen oxalato entre 2 y 10 mg, por lo cual se consideran bebidas con un moderado contenido oxálico, pero si existe propensión a desarrollar cálculos en el riñón, también deben eliminarse de la dieta.
El té verde y té de hierbas es diferente, incluyendo la canela, la menta y manzanilla, por que contienen menos de 2 mg por oxalato por taza, proporción muy baja que no suele conducir al desarrollo de cálculos renales.
Además de reducir el consumo de tés con elevado o moderado contenido oxálico, también es importante limitar la ingesta de otros alimentos ricos en dicha sustancia, como; las nueces, mantequillas de frutos secos, leche de soya, pan integral, arándanos, moras, uvas, frambuesas, zanahorias, apio, col, puerro, quimbombó, espinaca, batata, berenjena, higo y pretzels.