El espárrago está constituido básicamente por agua y aporta un bajo nivel calórico.
El valor nutricional del espárrago es importante gracias a la presencia de minerales como el potasio, fósforo, calcio, magnesio y cobre, de vitaminas del complejo A, C, E y B y de proteínas vegetales de gran calidad.
A nivel de principios activos el espárrago también es un alimento muy rico, ya que estos principios permiten estimular la función del riñón (eliminar más toxinas y reducir la retención de líquidos) y favorecer la motilidad intestinal (de este modo también se previene la aparición de cáncer de colón).
Concretamente, uno de sus principios activos que ayuda a bajar de peso se denomina asparragina, y tiene como principal función favorecer la eliminación de las grasas, inhibiendo su absorción en la digestión.
El espárrago actúa eliminando todo lo que el cuerpo no necesita, en la obesidad las toxinas y la retención de agua constituyen parte del volumen corporal anormal. También impide que se almacenen grasas que en la persona obesa podrían resultar fatídicas (a medida que el almacén de grasas aumenta el riesgo de padecer colesterol también).
Por todo esto el espárrago es uno de los alimentos más funcionales y con las mejores propiedades en el tratamiento de la obesidad.