El acido fólico contenido en las peras es de 12 microgramos por cada pieza de fruta y esta vitamina del complejo B es vital para el buen desarrollo fetal, ya que su deficiencia puede producir defectos en el bebé, como la columna bífida, una condición que le traerá distintas complicación a futuro en la vida.
Considerando que son pocos los alimentos que contienen ácido fólico y que por lo general suele suplementarse durante el embarazo para evitar su deficiencia, en las peras se encuentra, aunque en mínima proporción, pero en estado natural o altamente biodisponible, por ello la adición de peras a la dieta diaria de la embarazada suma una cuota de ésta vitamina, que es especialmente importante en el primer trimestre de embarazo, momento que juega un papel fundamental en la prevención de los trastornos del tubo neural (espina bífida).
Además las peras son una excelente fuente de vitamina C, ya que sólo una fruta aporta alrededor de 7 miligramos, lo cual se traducen en un 11 por ciento de la ingesta diaria recomendada (RDA) y como sabemos ésta vitamina ayuda al cuerpo a combatir infecciones, elevando las defensas orgánicas, las cuales se ven afectadas cuando se atraviesa por el estrés del embarazo.
Las peras son ricas en hierro biodisponible, un mineral cuya deficiencia puede provocar estados anémicos, al que es más común durante el embarazo y la combinación con la vitamina C, también contenida en las peras, favorece la absorción del hierro, por ello este se considera altamente biodisponible o de uso inmediato, algo más importante que nunca cuando se atraviesa por un embarazo.
Otras de la cosas a tener muy en cuenta es que las peras son también una excelente fuente de fibra, fundamental para aliviar el estreñimiento, otra condición incomoda y característica del embarazo.