Muchas personas y especialmente mujeres (ya que la presión social es mayor) gastan gran parte de su tiempo buscando una manera de perder peso. Entre estas estratégias nos resuenan las dietas disociadas (que entrañan diversos peligros), la dieta de la alcachofa, la dieta de la manzana… etc.
Todas estas dietas son peligrosas para la salud y de producirse una pérdida de peso es sólo temporal, produciéndose después un efecto rebote que lleva a ganar aún más peso del que en un principio se perdió.
Para entender claramente las pautas que nos van a permitir perder peso vamos a ver cómo se engorda y cómo se adelgaza
La ganancia de peso: Se produce cuando el gasto calórico es menor al aporte calórico. Esto quiere decir que ingerimos más calorías de las que quemamos y las calorías que no quemamos se convierten en grasa produciéndose así el aumento de peso.
La pérdida de peso: Se produce cuando el gasto calórico es mayor al aporte calórico. Esto significa que quemamos más calorías de las que ingerimos. Cuando el cuerpo agota las calorías ingeridas, para seguir “quemando” utiliza cómo combustible las reservas de grasas. Esto significa que al movilizar las grasas vamos a perder peso.
La mejor fórmula para perder peso es hacerlo de una manera suave, equilibrada y saludable, que se base en el conocimiento y respeto de nuestra fisiología.