El yodo o iodo es un mineral imprescindible en nuestro organismo ya que de él depende la correcta síntesis de las hormonas tiroideas. Estas hormonas regulan el metabolismo y son fundamentales en el crecimiento y el desarrollo, es por esto que un correcto aporte de yodo es fundamental para la mujer embarazada.
Durante la gestación, una correcta cantidad de yodo permitirá sintetizar las hormonas tiroideas en sus parámetros normales y esto a su vez repercutirá positivamente en el desarrollo del feto ya que un nivel bajo de hormonas tiroideas durante el embarazo podría conllevar lesiones cerebrales en el feto y patologías del crecimiento tales como el cretinismo, hipotiroidismo y otras enfermedades endocrinas.
En la etapa de la gestación es importante responder a las nuevas necesidades nutricionales y consumir alimentos ricos en yodo, estos son, la sal yodada, el marisco, las algas, el pescado de agua salada y en menores proporciones las carnes, los huevos, los lácteos, los vegetales, cereales y frutas.
Esta ingesta rica en yodo debe llevarse a cabo dentro de los límites de una dieta equilibrada ya que niveles excesivamente altos podrían resultar tóxicos.
Si anteriormente ya se padecía de alguna patología de la glándula tiroides el aporte de yodo debe consultarse y realizarse estrictamente bajo la supervisión de un facultativo médico.