El boro interviene en en múltiples procesos dentro del organismo, como por ejemplo en el asimilación de la vitamina D que es una vitamina estrechamente vinculada a los niveles de calcio del organismo, por tanto, el boro es primordial para un correcto funcionamiento óseo y para prevenir las enfermedades que estén relacionadas con los huesos y las articulaciones como la Osteoporosis.
El déficit de boro en la alimentación comporta numerosos problemas y entre ellos, alteraciones del metabolismo óseo (es decir, el calcio que se gasta y el que se deposita de nuevo en los huesos no están equilibrados) que pueden dar lugar a diferentes patologías cómo por ejemplo la osteoporosis que debilita los huesos y aumenta las probabilidades de fracturas en personas mayores.
Para evitar toda esta problemática es imprescindible incorporar a nuestra dieta alimentos ricos en boro, el alimento con más alto contenido en boro son las fresas, pero este mineral también se encuentra en las legumbres, los frutos secos y sobretodo en las frutas de carácter cítrico como el limón, la naranja o la mandarina.
No se han descrito efectos relacionados con un consumo excesivo de boro, solo se menciona que en una dosis excesiva el boro interacciona con otros nutrientes y puede aumentar la eliminación de vitamina B2.