El insomnio es un trastorno del sueño caracterizado por la falta del mismo, se expresa dificultando la capacidad de conciliar el sueño, de forma intermitente durante la noche y de forma terminal, es decir, el sueño acaba de forma muy prematura en las primeras horas de la mañana.
Este trastorno suele darse en compañía de otros, tales como la ansiedad, la depresión, síndromes de abstinencia y otros diversos trastornos psiquiátricos.
En nuestro cuerpo existen diversas sustancias que por si solas regulan los ciclos del sueño, entre ellas están los neurotransmisores (sustancias químicas liberadas de una neurona a otra) y las hormonas. De este modo, durante la noche existe una mayor síntesis y propagación del neurotransmisor GABA (que inhibe y relaja el sistema nervioso central) y durante la mañana se incrementa la síntesis de hormonas esteroides cómo la cortisona (que alertan de modo adecuado al sistema nervioso central).
Pero éstas actividades no son independientes de otras que tengan lugar en nuestro organismo, cuando el neurotransmisor de la serotonina (que regula el estado de ánimo) se ve alterado, esto repercute en los neurotransmisores que se encargan de proporcionarnos un sueño reparador.
Esta alteración en los neurotransmisores, que provoca el insomnio, puede ser únicamente biológica y desvincularse de cualquier hecho en nuestra vida cotidiana (esto explica el porque muchas veces uno se siente deprimido sin una razón aparente).
Para corregir estas alteraciones o bien para prevenir trastornos del sueño y poder dormir existen alimentos básicos a nuestra disposición que nos pueden ayudar en esta problemática.
El más típico es el vaso de leche, esto es porque la leche contiene nutrientes que actúan cómo inductores naturales del sueño, el más conocido es el triptófano.
El triptófano aumenta la biosíntesis de serotonina y por tanto mejora el funcionamiento de la liberación de neurotransmisores implicados en el sueño. Este es un remedio ideal por su alta tolerancia, desde los pacientes pediátricos hasta los geriátricos.
Cuando se da en la persona que padece insomnio o depresión una intolerancia a la lactosa, también podemos hacer uso del triptófano, ya que éste es de naturaleza proteica y por tanto todas las proteínas los contienen. Carne, pescado y huevos.
Incorporando proteínas a la cena o bien tomando un vaso de leche antes de ir a dormir estaremos ayudando a nuestro organismo a completar correctamente el ciclo del sueño y esto comporta consecuencias muy beneficiosas cómo por ejemplo la correcta asimilación de vitaminas, entre muchísimas otras.