Los granos enteros no contienen un nutriente específico para combatir la enfermedad o mejorar la salud general, es el conjunto de elementos intactos, los que actúan sinérgicamente para lograr sus beneficios saludables, para la prevención natural de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, entre muchas otras enfermedades.
El salvado y la fibra contenida en los granos enteros dificultan a las enzimas digestivas la transformación del almidón en glucosa, los cual se traduce en un mayor equilibrio de la misma en los niveles sanguíneos, favoreciendo la prevención natural de la diabetes o su tratamiento.
En lo que respecta al colesterol, la fibra soluble es capaz de reducirlo o controlarlo, así como la fibra insoluble se encarga de transportar los residuos a través del tracto digestivo, pero además la fibra estimula la anticoagulación natural del cuerpo ayudando a prevenir la formación de pequeños coágulos en sangre, responsables de obstruir las arterias y provocar ataques cardíacos o derrames cerebrales.
La riqueza en antioxidantes naturales contenida en los granos enteros previene la formación de colesterol malo o LDL, evitando que reaccione con el oxígeno y algunos expertos piensan que esta reacción es un paso clave en el desarrollo temprano de la obstrucción de las arterias por el colesterol.
A medida que los investigadores comenzaron a evaluar los efectos de los hidratos de carbono en la salud, han comprendido que la calidad de los mismos es tan importante como la cantidad y los hidratos de carbono contenidos en los granos enteros son de la más alta calidad, por ello los estudios llevados a cabo en varias escuelas de Harvard, demuestran una conexión entre el consumo de granos enteros y una mejor salud.
Los Fito estrógenos (estrógenos vegetales) que se encuentran en los granos enteros pueden proteger contra algunos tipos de cáncer, así como los minerales esenciales; magnesio, selenio, cobre y manganeso, ayudan a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes.