La ambrosia peruviana es conocida por varios nombres, entre los que se encuentran alcanfor, altamisa o marco. Su hábitat original se sitúa en el continente americano, entre ambos trópicos.
En cuanto a las propiedades medicinales de la ambrosía peruviana, esta planta medicinal ha estado desde muy antiguo ligada al tratamiento de los trastornos femeninos, siendo empleada tanto para aliviar menstruaciones dolorosas como para reducir inflamaciones de matriz.
También se emplea la altamisa en el tratamiento de migrañas, asociadas o no al síndrome premenstrual.
El alcanfor ayuda a regular los trastornos leves del aparato digestivo y es a la vez un estimulante del sistema nervioso central. Antiguamente se empleaba para combatir la fiebre.
Los beneficios de la ambrosía peruviana mediante su uso local permiten aliviar dolores articulares y musculares, e incluso la ciática.
Para estos usos suelen emplearse preparados que se aplicarán mediante fricciones.
De manera local el alcanfor sirve para tratar dermatitis, mientras por sus propiedades astringentes controla la excesiva secreción sebácea.
Otro de los usos habituales de la ambrosía peruviana es el tratamiento de las hemorroides. Las propiedades antisépticas del alcanfor se pueden aprovechar para tratar problemas de la cavidad bucofaríngea mediante enjuagues y/o gargarismos.
Pese a los numerosos beneficios de la ambrosía peruviana, resulta tóxica a dosis elevadas, por lo que su uso interno requiere consultar a un especialista.