El Hígado es uno de los órganos más importantes de nuestro sistema por sus múltiples funciones, por ello debemos cuidar al hígado a través de una alimentación adecuada.
Una dieta poco saludable o alta en calorías y grasas, contribuye al aumento de peso y la obesidad, siendo ésta un factor de alto riesgo para el desarrollo de enfermedades hepáticas tales como el cáncer, la cirrosis, hígado graso y fallo hepático, por lo cual la mejor manera de asegurar un hígado sano es a través de una dieta nutritiva, variada y natural.
Aquí les brindamos algunos alimentos que favorecen la salud del hígado, previniendo o evitando sus enfermedades, ellos son:
Una dieta basada en vegetales y menos carne ayuda a prevenir problemas hepáticos, ya que estos alimentos tienden a ser más bajos en calorías y grasas, favoreciendo así un peso saludable, un menor trabajo para el hígado y mejores nutrientes para su funcionamiento, al ser ricos en vitaminas, minerales, fibra, fitoquímicos y antioxidantes beneficiosos para la salud en general que ayudan a prevenir diversas enfermedades crónicas.
Los alimentos más recomendados de origen vegetal para mantener una buena salud hepática son: frutas, verduras, granos, productos de soya, frijoles y legumbres, entre los cuales se recomienda consumir los de tipo integrales y orgánico como el arroz, avena, harina de maíz, cebada y trigo burgol, etc. Los organismos de salud recomiendan el consumo de al menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
Los productos lácteos saludables para el hígado son aquellos bajos en grasas o descremados como la leche descremada, queso bajo en grasa y yogur descremado. Entre las carnes saludables para el hígado se recomiendan las de tipo magro y blancas como el pollo, el pavo, pescado y mariscos, por su reducido tenor graso saturado. Los nutricionistas recomiendan igualmente eliminar toda la grasa visible y la piel de las carnes antes de cocinar para reducir aún más su contenido graso.
Las grasas saturadas y trans son consideradas como insalubres porque aumentan el colesterol y los triglicéridos, ambos factores de riesgo para el desarrollo de un hígado graso. Sin embargo existen en contraposición las grasas saludables y son las del tipo insaturado, como la contenida en los aceites de oliva y vegetales, nueces, aguacate, aceite de pescado y el pescado, las cuales favorecen la funcionalidad hepática y alejan las enfermedades.