El desequilibrio de colesterol representa en la actualidad un problema de salud muy importante a nivel mundial según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, asociándose con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, enfermedad renal e incluso el Alzheimer, pero si suman niveles elevados de triglicéridos la ecuación puede ser letal, por ello debemos saber que la dieta es fundamental para recuperar el equilibrio saludable de estas sustancias orgánicas.
Una dieta nutritiva puede bajar los niveles de triglicéridos y aumentar el colesterol bueno, llevando al equilibrio, para lo cual debemos tener en cuenta que el nivel orgánico adecuado de triglicéridos debe ser inferior a 150 mg / dl y que el de colesterol HDL es de 60 mg / dl o más para proporcionar una máxima protección contra las enfermedades cardíacas.
La grasa que comemos se absorbe en el intestino y luego entra en el hígado, para ser convertida en colesterol y triglicéridos, estos últimos se almacenan en las células grasas y algunas flotan en el torrente sanguíneo para suministrar energía a los músculos, pero cuando se encuentran en exceso se suman al colesterol malo LDL y conduce a enfermedades cardiacas, por ello la dieta debe controlar la cantidad de colesterol y triglicéridos que viajan por el torrente sanguíneo.
Como los triglicéridos almacenan calorías para proporcionarlas entre comidas y mantener así la energía, la reducción del número de calorías que se consume disminuirá el nivel de triglicéridos en la sangre, además una dieta baja en calorías dará lugar a la pérdida de peso y esta incentiva el aumento del HDL.
Comer demasiada grasa saturada es una de las principales razones para elevar el colesterol, por lo tanto la dieta debe evitar el consumo excesivo de productos de origen animal como carne, huevos y lácteos, así como de grasas trans (margarinas), lo cual permitirá una reducción de los triglicéridos en sangre y también del colesterol malo.
La dieta para aumentar el HDL o colesterol bueno se basa en incrementar el consumo de fibra soluble, como la contenida en la avena y el plátano, ambos alimentos son muy beneficiosos para tal objetivo. Los pescados grasos, como el salmón y la caballa que son ricos en ácidos grasos saludables omega-3 que tienen un efecto positivo sobre el incremento del HDL, así como el aceite de oliva y de canola también lo potencian.