Dieta vegetariana, la mejor aliada del asma
Beneficios de una dieta vegetariana para combatir y prevenir el asma.
El asmático presenta entre otros síntomas; sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar que pueden llegar a un agravamiento peligroso si no es controlada. Estos son algunos de los signos y síntomas más comunes que pueden ser desencadenados por alérgenos, como los cacahuetes, el marisco, el humo, caspa de animales, los insectos, los ácaros del polvo, polen, aire frío o los sulfitos utilizados como conservantes de alimentos.
A pesar de este pronóstico complejo, el asma es controlable y los alimentos naturales como frutas y verduras pueden ayudar en gran medida a mejorar la condición. Los vegetales y las frutas son fuentes muy ricas en antioxidantes, sustancias naturales tienen la capacidad de reforzar el sistema inmunológico, aumentando así el funcionamiento pulmonar y por lo tanto reduciendo la sintomatología asmática.
Se ha comprobado que bajos niveles de antioxidantes, como el caroteno y la vitamina C, suelen observarse de forma característica entre los pacientes con asma grave, según un estudio publicado en "European Respiratory Journal".
Otra investigación descubrió que el asma sintomática en adultos se asocia con una baja ingesta dietética de frutas, como los frutos cítricos en particular y nutrientes antioxidantes tales como la vitamina C que suele encontrarse en bajos niveles plasmáticos en adultos con asma.
Las frutas y verduras proporcionan vitaminas esenciales, minerales, antioxidantes y fibra, combinación que reduce el riesgo de enfermedades crónicas, por lo cual una dieta vegetariana además de cumplir con estas propiedades es baja en grasa y calorías, condición de suma importancia para la salud de los asmáticos que deben luchar con el sobrepeso, condición que agrava la sintomatología y puede poner en riesgo la vida.
Para tener en cuenta; los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan consumir una variedad colorida de frutas y verduras cada día, para asegurarse de cumplir con las necesidades nutricionales, pero además pueden reducir el riesgo a desarrollar una gran variedad de enfermedades o mejorar las del tipo crónico como es el caso del asma.
