Un proceso asmático es un proceso inflamatorio a nivel pulmonar que afecta la capacidad respiratoria, reduciéndola y llevando así a la desesperación que empeora la condición. El asma se trata con antibióticos y broncodilatadores, que sobrellevan la situación, pero también ciertos alimentos de carácter inflamatorio contribuyen a la aparición de los síntomas asmáticos, por ello deben evitarse.
El pan blanco y otras masas ricas en almidón e hidratos de carbono simples ofrecen poco valor nutritivo e incrementan las respuestas inflamatorias, por ello debe reemplazarse por otros carbohidratos de tipo complejo como los contenidos en los granos enteros, que apoyan a un sistema inmunológico saludable mejorando la función pulmonar.
Los alimentos salados pueden exacerbar los síntomas de asma, según la Clínica Mayo, como por ejemplo las pizzas, salchichas, queso fundido, patatas fritas, embutidos y sopas preparadas, que por lo general son muy altas en sodio. Por ello se recomienda a las personas asmáticas reemplazar estos alimentos por comida saludable, como la pizza casera integral de verduras, panes y galletas integrales sin sal, frutas y verduras, utilizando aderezos naturales como; jugo de limón, hierbas aromáticas o mezclas de condimentos.
La grasa saturada es la forma de grasa más insalubre y se encuentra en la carne roja, los alimentos fritos y los productos lácteos altos en grasa, por ello los especialistas de la Clínica Mayo no recomiendan su consumo, ya que este tipo de grasa puede debilitar el sistema inmunológico y causar ataques de asma. Por ello la mayoría de las hamburguesas, carnes rojas, mantequilla y leche entera deben evitarse, al igual que los alimentos fritos, como las papas fritas y aros de cebolla, etc.
En su reemplazo se debe optar por alimentos bajos en grasa o que contengan las formas saludables que son las grasas mono y poliinsaturadas, como las que se encuentran en el aceite de oliva, aceite de canola, nueces, semillas de aguacate y de lino en su lugar.