El jugo de piña (o ananá) es muy rico en hidratos de carbono y otros nutrientes clave para ayudar al control de la diabetes, tales como la vitamina C y calcio, nutrientes muy importantes para una dieta saludable, pero además es muy rica en una enzima muy particular conocida como “papaína”, la cual tiene efectos muy importantes para la salud digestiva, como por ejemplo evitar el desarrollo de ulceras estomacales y ayudar en la regulación natural de los niveles de azúcar en sangre.
Una porción de media taza de jugo de piña contiene aproximadamente 15 g de hidratos de carbono y la Asociación Dietética Americana recomienda consumir aproximadamente 45 a 75 g de carbohidratos por comida como parte de un tratamiento para el manejo de la diabetes, por ello se deben tener en cuenta los valores contenidos en el jugo de piña para equilibrar la dieta cuando se adicione a la misma.
Es muy importante consumir el jugo de piña acompañado por alimentos más complejos, tales como pan integral tostado o huevos revueltos, para equilibrar su contenido en azucares simples, ya que esta enfermedad, hoy flagelo mundial, se traduce en la imposibilidad por parte del organismo de regular correctamente éstos azúcares, cuya rápida absorción puede llevar a elevar los niveles de azúcar en sangre si no es equilibrado con otros alimentos.
Jugo de piña proporciona un 2 por ciento del porcentaje diario recomendado para el consumo de calcio, mineral que el cuerpo necesita para formar y mantener huesos y dientes fuertes, por ello se recomienda combinar el jugo de piña para aumentar la ingesta de calcio, con 1 taza de yogur natural, lo que proporcionará más de la tercera parte de su requerimiento diario de calcio y 30 g de hidratos de carbono, lo que representa un aperitivo adecuado para los diabéticos.
Una porción de jugo de piña ofrece el 40 por ciento del porcentaje diario recomendado de vitamina C para una dieta de 2,000 calorías y esta vitamina es un componente necesario para la cicatrización de heridas, factor muy importante para los diabéticos, ya que una de las consecuencia de la enfermedad es el retardo en la cicatrización de las heridas, por ello es muy importante consumir cantidades adecuadas de vitamina C cada día, tanto para la enfermedad como para el estado de salud general.