Para entender esta relación beneficiosa antes es necesario ver qué es la candidiasis vaginal y qué factores la producen. Estamos hablando de una enfermedad de origen infeccioso, causada en su mayoría por la presencia del hongo Candida Albicans.
Cuando la presencia de este hongo permite desarrollar la sintomatología de una candidiasis (picor, escozor, inflamación, cambio del flujo) es porque se ha roto el equilibrio de la flora vaginal.
Nuestra flora vaginal está poblada por bacterias que nos permiten mantener un pH que sirve a modo de protección. Además, estas bacterias impiden que otros microorganismos patógenos, como los hongos, proliferen.
En la candidiasis vaginal se altera nuestra flora natural, permitiendo la colonización del hongo candida, conjuntamente a esto también se da un cambio en el pH vaginal, éste se acidifica aún más y no permite que se restaure la composición natural de la microbiota vaginal.
Es en este punto donde los probióticos nos van a ser muy útiles.
Existen numerosos tratamientos naturales y alternativos para este trastorno. A veces es suficiente con emplear sólo uno y en otras ocasiones se requiere combinar distintos métodos.
Pero es recomendable utilizar siempre un probiótico vaginal. Los probióticos vaginales son comprimidos o polvos que se toman vía oral o bien se introducen vía vaginal y que contienen las bacterias que forman parte de nuestra flora natural.
Al tomar este tipo de probióticos nuestra flora vuelve a estar compuesta por las bacterias habitualies y se inhibe la colonización del hongo cándida. Esto también permite que el pH vaginal se mantenga en un rango normal (3,8 y 4.4) que vuelve a actuar de defensa frente a posibles infecciones.
Si sufres de candidiasis vaginal, sea cual sea el tratamiento que eliges o te recomiendan, no olvides complementarlo con el uso de probióticos.