La violeta (Viola odorata) tiene usos medicinales y comestibles, utilizándose tanto las flores como las hojas para elaborar un jarabe tradicional de la medicina alternativa o natural para tratar las enfermedades respiratorias asociadas a la congestión, tos y dolor de garganta.
Las flores de la Violeta son comestibles preparándolas en ensaladas, en gelatina y confitadas para la decoración, su raíz contiene un alcaloide llamado “violín” que es emético (que causa vómitos), utilizada en decocción la raíz seca es laxante.
El té de Violeta hecho de la planta entera se usa para tratar trastornos digestivos y una nueva investigación ha detectado la presencia de un glucósido de ácido salicílico (aspirina natural), lo cual demuestra por que fue utilizada durante siglos como remedio natural para dolor de cabeza, dolores en el cuerpo y sedante general.
Contiene Eugenol, ácido ferúlico, kaempferol, quercetina, escopoletina, todos componentes prometedores en el tratamiento de muchos tipos de cáncer, artritis, enfermedades de las encías, el SIDA y mucho más.
Utilizada externamente, las hojas de la violeta machacadas frescas tienen la capacidad de reducir la hinchazón y calmar irritaciones, por ser un potente antiinflamatorio natural, así como también se utiliza para baños relajantes en los Spa más importantes del mundo, ya que es un poderoso emoliente para la piel y su aroma es un excelente relajante psicofísico.
Este jarabe es muy antiguo y se prepara vertiendo 1 litro de agua hirviendo sobre una taza de flores de violetas frescas machacadas y sus hojas. Luego dejar reposar durante 12 horas, colar y pasar por un paño, finalmente agregar 2 libras de azúcar y hervir durante 1 hora o hasta que espese. Conservar en frasco de vidrio y tomar 1 cucharada, 3 veces al día, para niños utilizar una cuchara pequeña.