Los beneficios del lapacho son múltiples, de amplio espectro y se dejan sentir de muy diferentes maneras. En primer lugar, el lapacho es un adaptógeno, es decir, ayuda al organismo a sobrellevar periodos de gran desgaste físico o mental. Sin embargo no contiene cafeína ni sustancias estimulantes propiamente dichas.
El lapacho se empleaba tradicionalmente en el tratamiento de la gripe, por su acción febrífuga y expectorante, además de por su capacidad para calmar la tos. También era el lapacho uno de los remedios tradicionales contra la malaria.
El lapacho es rico en minerales, en especial en hierro, calcio y potasio, y se aconseja su consumo, en pequeñas dosis pero de forma regular, para tratar la anemia. Además es uno de los pocos alimentos no marinos rico en yodo, por lo tanto ayuda a prevenir el hipotiroidismo, en especial en zonas de interior del continente americano.
Por otro lado, el lapacho posee propiedades antiinflamatorias intensas, y de ahí su uso en crisis de artritis y reumatismo. No obstante, la cantidad requerida para aprovechar los beneficios del lapacho como antiinflamatorio hace que no sea adecuado en tratamientos crónicos.
Las propiedades medicinales del lapacho están siendo objeto de estudios rigurosos por sus efectos beneficiosos en algunos tipos de cáncer de pulmón.
La parte empleada del lapacho es la corteza y no conviene consumir dosis elevadas por periodos superiores a 10 días. Se suele consumir en forma de infusión o en cápsulas.