El zinc ayuda a equilibrar los niveles hormonales a la vez que construye células sanas e interviene en la administración de las proteínas, todos elementos esenciales para el crecimiento de un cabello sano.
De hecho muchas personas que sufren la pérdida de cabello, han demostrado tener niveles bajos de zinc, por lo cual algunos médicos están empezando a sugerir la adición del mineral a modo de prevención o para retrasar la pérdida de cabello.
Cuando los signos de fragilidad o adelgazamiento del cabello comienzan a hacerse presente, se debe evaluar el incremento del consumo de zinc incorporando alimentos tales como pavo, ostras, carne de res magra, yogur, levadura de cerveza y consumiendo un variado menú de frutas y verduras a la dieta para mejorar todos los niveles de vitaminas y minerales que actúan sinérgicamente entre sí, para obtener mejores resultados.
Evitar una deficiencia de zinc en realidad es muy simple, ya que una dieta variada con una base regular, será capaz de proporcionar a al organismo los nutrientes necesarios para prevenir la caída de cabello y asegurar un crecimiento normal del cabello, siempre y cuando no medie algún otro desequilibrio orgánico, que por supuesto deberá evaluarse con un profesional.
El zinc también puede incorporarse en forma de suplemento, pero siempre debe ser recetado por un profesional que evaluará no solo la dosificación correcta acorde a cada caso particular, sino también la calidad del producto, recomendando no excederse en el consumo ya que puede ser contraproducente para la salud al tener efectos secundarios desagradables.
Los alimentos ricos en zinc combinados con los suplementos en casos de carencia representan la mejor opción para evitar los excesos, ya que en tal caso se consumen menores dosis de los primeros.