La prevención es la mejor opción a la hora de evitar la aparición de las antiestéticas estrías y los recursos naturales son muy efectivos sobre esta condición particular de la piel, como es el caso de los aceites naturales extraído de los escaramujos de las rosas, que a su vez forman parte de la cosmética femenina desde hace milenios, por sus excelentes efectos nutrientes y suavizantes que favorecen la elasticidad de la piel y por lo tanto su juventud.
Los componentes químicos activos del aceite de escaramujo poseen propiedades terapéuticas para prevenir y tratar las estrías o rayas de color rojo a púrpura que aparecen principalmente en el abdomen, los senos, los muslos y las nalgas, pudiendo tener su origen además en determinadas enfermedades como el síndrome de Cushing.
De los escaramujos o bayas del rosal silvestre se extraen sus aceites para la elaboración de cremas o lociones, siendo los de origen orgánico los más recomendados, principalmente en los casos de embarazo, ya que no deben contener aditivos químicos perjudiciales para la salud de la madre y el bebé.
En medicina natural el aceite de escaramujos se utiliza para aplicaciones externas en el tratamiento de las estrías, cicatrices, heridas y problemas asociados con la regeneración de la piel, ya que contiene entre un 30 por ciento y 40 por ciento de ácido gamma linoleico, de reconocidas propiedades terapéuticas para curar enfermedades de la piel, entre las cuales se encuentran las estrías.
El aceite de escaramujos no tiene contraindicaciones importantes debido a la presencia de ácido gamma linoleico, sin embargo es muy importante en los casos de embarazo conseguir aceites orgánicos de procedencia verificada y utilizarlos siempre con el consentimiento del profesional competente.