El proceso de cicatrización requiere de mucha energía, por lo tanto para obtenerla los alimentos saludables densos en calorías son los más indicados, un ejemplo sería los productos lácteos y los alimentos ricos en grasas saludables, que brindan energía adicional.
Entre los alimentos que estimulan el proceso de cicatrización por su riqueza en nutrientes específicos encontramos principalmente los zumos de fruta que contienen vitaminas A, B, C y D y minerales como el zinc, magnesio, selenio y calcio. A nivel proteínico las carnes blancas son muy importantes para la reconstrucción de los tejidos, tanto internos como externos.
Se recomienda en estos casos comer por lo menos una ración diaria de alimentos ricos en vitamina A, la cual podemos encontrar puntualmente en los vegetales de color rojo, amarillo y naranja, así como también en el color verde oscuro como las acelgas, espinacas y hojas de diente de león. Esta vitamina es fundamental para la reconstrucción de la piel y además de elevar el metabolismo para la producción de energía.
Otros alimentos importantes para la cicatrización son los aceites saludables como los mono-insaturados (aceite de oliva) y poliinsaturados (semillas, coco, pescados). Los frutos secos como almendras, nueces y piñones contienen selenio un poderoso antioxidante natural que tiene la capacidad puntual de combatir infecciones, de cuyo control dependerá la curación.
Los productos lácteos son densos en calorías y por lo tanto favorecen la producción de energía, la cual es indispensable para estimular el proceso cicatrizal y los alimentos recomendados son: yogurt, leche descremada y quesos bajos en grasas, por ser más saludables y cumplir con creces la estimulación de la producción energética extra requerida para la auto curación.
Los lácteos y sus derivados, además de brindar energía, son muy ricos en proteínas, indispensables para la reparación de los tejidos, debiendo tener en cuenta que se necesitan entre dos o tres porciones de proteína al día cuando atraviesa por condición cicatrizal.