Los niveles de azúcar en la sangre son controlados por dos hormonas principales, cortisol y la insulina aunque también el glucagón y la epinefrina intervienen en su equilibrio, pero es el cortisol el encargado de utilizarla para que se concentre a modo de reserva como combustible. La insulina se encarga de controlar hacia abajo o sea regular el trabajo del cortisol, particularmente mientras se come o después.
Mantener el control del azúcar en sangre se traduce en salud para el cerebro y el sistema circulatorio, así como equilibra la energía y los estados de ánimo, además de proteger al organismo del estrés hormonal que puede derivar con el tiempo en problemas de salud mayores.
Lo que debemos saber es que si saltamos comidas durante el día o estamos varias horas sin ingerir alimento, así como si atravesamos por un estado de estrés intenso, el azúcar en la sangre aumentará gracias a las hormonas del estrés que son el cortisol y la adrenalina. El azúcar utilizada en estos casos es la que se encuentra almacenada, también llamada glucógeno, pero además el organismo recurrirá a las reservas de grasa para la estabilización.
Cuando esto sucede por lo general entra en juego la insulina, ya que si el azúcar en la sangre se eleva debido a las hormonas del estrés o por el consumo de alimentos, el cuerpo libera insulina con el fin de obtener azúcar para las células, sin embargo cuando existe resistencia a la insulina por algún desequilibrio esta deficiencia perjudica la salud, ya que a mayor necesidad de esta hormona, el organismo recurre a la grasa almacenada con mayor asiduidad afectando las reservas y pudiendo derivar en gran desequilibrio energético y orgánico.
Síntomas que nos indican una elevación del azúcar en la sangre son: fatiga después de comer, antojo de azúcar o carbohidratos después de comer, dificultad para bajar de peso, aumento de la sed y micción excesiva. En cambio sí existe un descenso de los niveles de azúcar en sangre sentiremos; fatiga entre las comidas que se alivia al comer, sensación de irritabilidad, temblores, dificultad para permanecer dormido.