En China aprovechan los beneficios de la madreselva para el tratamiento de gripes y resfríos una vez ya se ha alcanzado la fase aguda del proceso. Las propiedades febrífugas y expectorantes de la madreselva son un excelente complemento al tratamiento inicial con jengibre, mucolítico y antiinflamatorio.
Además la madreselva presenta propiedades antisépticas a nivel general, y balsámicas a nivel del aparato respiratorio. Estas propiedades medicinales de la madreselva se ven complementadas por su contenido en carvacrol y luteolina, agentes antitusivos.
Otros beneficios de la madreselva están relacionados con su capacidad depurativa del organismo. La madreselva es un protector hepático, que ayuda en el tratamiento de hepatitis y en la recuperación de cirrosis (siempre y cuando no esté el 100% del hígado cirrótico y no pueda regenerarse). A nivel renal, las propiedades diuréticas de la madreselva ayudan a expulsar arenillas del riñón y pueden resultar interesantes, si se combinan con otras plantas medicinales, en el tratamiento de la gota y de la artritis.
El té de flores de madreselva ayuda a controlar la ansiedad y a conciliar el sueño.
Por uso tópico, las propiedades antisépticas de la madreselva explican su presencia en el tratamiento de pequeñas heridas o de gingivitis.
Las propiedades medicinales de la madreselva varían en función de la parte de la planta empleada, como también oscila el nivel de toxicidad de la misma. Así, mientras las flores son una parte poco tóxica y pueden consumirse en forma de té incluso para deleitarse con su sabor, las hojas y tallos de la planta requieren ser cuidadosos con las dosis empleadas.